Dualidad acción — reacción interior
El llamado a la acción:
dejar de hacer el mal,
ayudar a los demás
y cultivar el bien.
La importancia de los sueños como indicadores del estado del alma y su conexión con lo divino.
¡La vida! Llena de oportunidades, en cada paso, para perderse y para salvarse.
Se pierden escalando y llevando mal al prójimo.
Se salvan, salvando a los demás hermanos.
Tú te proyectas sobre tus hermanos.
Y ese hermano en él que haces llegar todo de ti:
eres tú.
Siempre eres tú.
Créeme, cuando te digo que todo lo que haces únicamente lo haces en ti, contigo, y en ti son los efectos de tus actos.
Es una fantasía, una falsa visión distorsionada, donde observas en otros a alguien distinto —agradable o desagradable—;
siempre eres tú y tu espejo espiritual.
Deja de hacer lo malo, ayúdate:
empieza a hacer el bien.
Observa tus sueños.
Ellos te indicarán en qué punto está tu alma de sanación y pureza.
Cuando sueñes,
y en tus sueños hagas lo correcto
—cuando siempre tomes las decisiones más puras, sanas y agradables a tu Padre—,
te despertarás sabiendo que tu alma está siendo elevada, que la protección del Padre está sobre ti y que el mal te conoce y sabe que,
puede contar contigo.
Allí tu protección será única,
y llevarás paz y amor a todos.
No con palabras:
tu sola presencia cambiará la energía.
Todos se sentirán bien a tu lado.
Tú no separas,
no divides:
ayudas a todos a ser.
Y yo estaré junto a ti.